Me llevé UN aprendizaje especial de esta final del mundo entre Argentina y Francia, de LA Final del Mundo. Qué privilegio, qué lujo, qué placer haberla visto, la mejor de las 12 que me ha tocado ver.
Primero, los que podrían ser aprendizajes comunes:
- Las “ganas” (por usar lenguaje apropiado) de la selección argentina cuando son bien enfocadas, dan resultados. “Así se juegan las finales no?” declaró Di María con una gran sonrisa
- La actuación de Mbappe a sus 23 años nos muestra, con mucha bronca para él, que los resultados del equipo son más importantes que los números individuales, aunque seas un fuera de serie. (iba a utilizar la palabra “fenómeno” pero para mí ese adjetivo ya tiene dueño en el fútbol)
Y el aprendizaje más grande me lo da obviamente Lionel Messi, pero no su perseverancia y coraje para seguir adelante. Eso también es impresionante, solo digo que ya me lo habían enseñado él y otras personas antes del mundial.
Lo que realmente aprendí de él fue la importancia de su sabiduría para transformar su estilo de liderazgo con el objetivo de que el equipo avance y sobre todo para sentir que su país entero lo respalda.
Se ha “maradoneado”, ¿será bueno o malo?, se repetía en redes.
¡Campeonaron! La respuesta es clara.
Abrazo grande a mi familia y amigos argentinos, de la tierra de Diego y Lionel.